lunes, 14 de diciembre de 2015

Outpost 2


No es un secreto que la estrategia es uno de mis géneros favoritos, mayormente debido a la extrema abundancia de ese tipo de juegos en mi adolescencia, comprando todos aquellos que pudieran permitir una mínima gestión de recursos y la capacidad de comandar tropas hacia el éxito o hacia la inminente derrota.

A día de hoy, sigo recordando con muchísimo cariño juegos como Theme Park World, Sim City 3000 y Sim City 4, Populous, Age of Empires, Space Clash, Warcraft II y III, Battle Realms, Tzar, Total Annhilation, el primer Imperivm o hasta el eternamente clásico Starcraft (sobre el que un día hablaré larga y tendidamente), todos ellos labrando miles de horas en su conjunto y provocando que, una vez pasados los años siga enormemente enamorado del género y de sus pequeñas pero gloriosas batallas.

Entre ellos hubo un juego que en aquella época pasó sin pena ni gloria, pero que a mi concretamente me encantó, un juego que fue regalado por mi padre y que incluso a día de hoy sigo echando alguna que otra partida gracias a su increíble comunidad de fans, un grupo de eternos jugadores que mantienen una página web diminuta, pequeña y perdida en el inconmensurable Internet, manteniendo un legado que no podrá ser nunca olvidado por los conocedores de este juego.

Outpost 2 es un juego lanzado hace casi veinte años, en 1997, desarrollado por la difunta compañía Dynamix y distribuida por la también difunta Sierra, estableciéndose en el mercado como "uno de tantos", ignorado y desaparecido entre la gran cantidad de títulos de Sierra, algunos tan geniales como otros tantos decepcionantes, igual que la vida misma.

Aún recuerdo en su pequeña cajita de CD la curiosa inscripción que rezaba "Windows 97", encargada de proponer el sistema operativo mínimo que el juego necesitaba, sin ningún dato más que pudiera orientar al jugador. Una extraña fisura a través de la cual se podían vislumbrar un par de planetas era el único reclamo que aquel extraño disco proponía, dejando el resto de información en la caja, que mi padre solo había podido conservar parcialmente.

Al empezar a jugar me di cuenta inmediatamente que se trataba de un juego de estrategia, pudiendo mover vehículos de un lado a otro, construir estructuras e incluso recoger recursos como cobre y oro, también conocidos como minerales comunes y minerales raros respectivamente.

Mi primer paso fue inicialmente jugar a la campaña, que permanecía dividida en dos facciones diferenciadas: Edén, con su característico color azul oscuro, y Plymouth, con sus edificios teñidos de rojo; y donde cada una de las dos proponía misiones bien diferenciadas pero con el mismo objetivo: Sobrevivir.


El argumento que propone Outpost 2 está claramente ligado a estas dos facciones, pues tras un gran cataclismo en el planeta Tierra, estas dos colonias son la última esperanza de la raza humana para mantener la especie con vida, dejados a su suerte a través de la grandiosidad del cosmos sin rumbo fijo.

Una vez aterrizada la nave en un planeta desierto, sin ningún tipo de vida aparente, se produce la división colonial, provocada por una diferencia de ideas entre ellos (apoyar la terraformación del planeta o adaptarse a sus duras condiciones), y ambas facciones se separan en el inhóspito planeta, creando cada una a su manera una segunda Tierra que pueda llegar algún día a sustituir la original.

Cierto tiempo después de la separación, cuando ambas colonias ya se encontraban tanto bien establecidas como suministradas, ocurren dos catástrofes que pondrán en peligro ambas colonias. En el asentamiento escogido por Plymouth aparecen cambios bruscos en la temperatura de la superficie, alertando toda la colonia de futuras erupciones volcánicas y un clima hostil que provoca la huida masiva de colonos hacia una región menos peligrosa para sus habitantes.

Mientras tanto, Edén se mantiene tranquilamente en su región, parcialmente libre de seísmos, erupciones volcánicas y tormentas eléctricas, con un futuro seguro y prometedor por delante. O así era en teoría hasta que, un día como cualquier otro, un incidente destruye buena parte del laboratorio principal, alertando a toda la colonia de un peligro inminente. Una extraña plaga, producto de las investigaciones sobre terraformación se desata, acabando con la vida de todo humano que llega a tomar contacto con ella. Las alarmas suenan nuevamente, y la colonia es obligada a evacuar, con una intensa plaga atravesando la atmósfera y ganando terreno a los pobres habitantes de Edén.

Y a partir de aquí, el jugador toma lugar, escogiendo entre una u otra facción y aventurándose en la odisea que cada una de las colonias deberá atravesar, escapando tanto de las condiciones climatológicas como de la peligrosísima plaga.

En el extremo derecho está la interfaz que utilizaremos para sobrevivir en el páramo.

Los intrépidos que hayan jugado alguna vez a Starcraft o a juegos similares sabrán a ciencia cierta que este tipo de juegos acostumbran a seguir una pauta determinada y muy sencilla de entender: Conseguir recursos, construir, entrenar y finalmente, destruir al enemigo. Un concepto que el jugador entiende bien y que se acostumbra a repetir en multitud de RTS (Real Time Strategy, o estrategia a tiempo real), y que se rompe irremediablemente en Outpost 2, donde lo que importa no es el enemigo, sino la propia supervivencia de la especie.

Sobra decir que si los enemigos no existiesen y en vez de dos colonias estuviéramos hablando de una nada más, no podría considerarse un RTS como tal, y nos referiríamos a Outpost 2 como un simulador de ciudades espaciales, una especie de Sim City donde los recursos se extraen de tierra y no de los impuestos de los ciudadanos.

Afortunadamente, Outpost 2 logra el equilibrio entre las dos partes y consigue andar en la cuerda floja entre la gestión y la estrategia, con gran cantidad tanto de tropas como de edificios necesarios para mantener alta la salud, motivación y diversión de los colonos. La gestión aquí es altamente importante, no para la supervivencia de la especie y evitar que no nazcan nuevos colonos debido a una profunda depresión de los habitantes, sino incluso para la propia investigación de nuevas tecnologías, entre las cuales destacan las armas de fuego.

El abanico de posibilidades que el laboratorio, el lugar destinado a la investigación de nuevas tecnologías, da al jugador es exageradamente amplio y es posible mejorar tanto la gestión de la colonia como descubrir nuevos edificios que consigan avanzar las posibilidades de la misma de muchas formas diferentes.

El Puerto Espacial, una de las metas finales del juego.

Pero estudiar directamente las mejoras armamentísticas no es muy aconsejable, ya que para ello serán necesarios muchos científicos, que a su vez requerirán de obres libres para ser formados como tales, y que a su vez requerirán un gran número de nacimientos para asegurar una plena población ocupada e incluso sobrante, que finalmente tendrá su origen en la mejora de condiciones que ofrezca nuestra colonia (seguro médico, diversión, seguridad), propulsando la alta motivación y el buen estado de ánimo que provocaran un aumento en la natalidad.

Por ello, el jugador deberá cuidar tanto los aspectos de gestión como los miliares, asegurando la zona y la extracción de minerales necesarios para seguir avanzando, siempre teniendo en cuenta la lucha con el reloj, pues la plaga y las erupciones volcánicas en ocasiones serán mucho más letales que el propio ataque militar de la otra facción. Debido a toda esta serie de peligros, Outpost 2 llega en ocasiones a ser un juego difícil y complicado que solo los más rápidos y hábiles en temas de gestión y prioridades serán capaces de vencer las duras condiciones de algunas misiones de la campaña.

Outpost 2 siempre me pareció un grandísimo juego, y que unos cuantos fans hayan seguido otorgando soporte a los jugadores y proporcionando enlaces de descarga del juego totalmente gratuitos es algo que me llega al corazón y me llena de un gran orgullo, dejando me claro que no soy el único loco que sigue amando este juego después de casi veinte años se su salida. Si os gusta la estrategia no necesariamente militar, este juego de Dynamix es un pequeño placer olvidado que muchos pueden seguir saboreando hoy día gracias a su comunidad, incluyendo también un capítulo de una novela completa en cada una de sus misiones de campaña, originalmente traducida al español pero actualmente perdida en los confines del tiempo y el olvido.





3 comentarios:

  1. El link para interesados: http://www.outpost2.net/

    Totalmente gratis.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo que el unico de estrategia que me gusta es commandos y un poquitin diablo.

      El theme park lo jugue un poco y hasta ahi nada mas

      Eliminar
  2. Gracias, buen juego y buena reseña.

    ResponderEliminar