A partir de la entrada que escribí sobre Amnesia: A Machine for Pigs ya os di a conocer mi predilección por la revolución industrial y en especial, por las grandes y hermosas máquinas y cadenas de producción que tantos avances tecnológicos han conseguido y tanto dolor han repartido a los pobres infelices que, sin otra alternativa posible, les ha tocado vivir en una de las épocas más crueles y horribles del sistema capitalista occidental.
Lejos de empezar a lamentarnos por el dolor de nuestros
abuelos y parientes de más avanzada edad, me gustaría tratar en la
entrada de esta semana todo lo que hace de esta época algo muy especial
para mí: La rama más puramente logística y organizacional que resume con
gran práctica todos y cada uno de aquellos aspectos beneficiosos para
la Humanidad a largo plazo.
Sindicatos, luchas por determinados derechos, racismo,
injusticia y medio ambiente son realidades que no nos interesan hoy y
que no aparecerán en uno de los juegos indie que mas me han atraído de
los últimos años, centrando todos los buenos aspectos de una de las
épocas más importantes de los últimos siglos para el completo disfrute
de aquellos que quieran explotar los grandes aspectos de la revolución
industrial. Estamos hablando, no de otro, sino del gran y mismísimo
Factorio.
Una de las cualidades que más respeto en Minecraft es,
aparte del modo creativo y de la imaginación de sus usuarios, el curioso
sistema de circuitos que, gracias a una extraña piedra roja llamada
rotundamente Redstone, el juego es capaz de crear.
Las posibilidades que ofrece esta piedra llegan a ser
incontables, limitadas únicamente por la imaginación de los usuarios,
construyendo circuitos eléctricos que en una gran cantidad de ocasiones,
harían envidiar al más enterado del mundillo. Desde sistemas de
apertura de puertas hasta calculadoras simples han sido creados a partir
de este curioso invento, pasando por minijuegos enteramente
creados a partir de bloques y piedra roja.
Sin duda alguna, sus propios creadores nunca se llegaron a
imaginar la gran repercusión que este pequeño aspecto de su propio juego
llegaría a tener a nivel jugable, y lo que consistía en una pequeña
actualización dedicada a implementar circuitos básicos para las tareas
más corrientes, ha acabado consistiendo en uno de los pilares mas
importantes para el jugador especializado o hardcore, interesado en la
parte más compleja de uno de los juegos más simples y famosos de la
actualidad.
La logística de la redstone ha sido profundamente explotada
a lo largo de los años, y acaba siendo un añadido más que los jugadores
más casuales normalmente no se preocupan en profundizar, tocando
solamente la pequeña punta del iceberg, dejando en manos de otros la
creación de compleja maquinaria y copiando únicamente aquel sistema que
tal o cual persona ha conseguido crear.
¿Y porque este pequeño discurso sobre la redstone, de un
juego sobre el que ya hemos oído hablar millones de veces? Muy simple:
La creación de circuitos, el diseño de mecanismos y la creación de
sistemas complejos forman el esquema principal de Factorio, no de una
manera esquemática, conceptual y detallada como los circuitos eléctricos de Minecraft,
sino de una manera mucho más utilitarista, cogiendo las ideas típicas de
un sanbox en tercera persona y aplicando la más pura ciencia logística.
Picar hierro, introducirlo en un horno, sacar el hierro
fundido, trabajarlo hasta convertirlo en una viga, y con ella, fabricar
la estructura que deseamos puede parecer una tarea aburrida y
complicada. Y de hecho, así es, pero... ¿Y si conseguimos automatizar el
proceso para que cada minuto, el juego automáticamente nos proporcione
una viga? ¿Y si conseguimos que la misma creación de estructuras también
se automatice? ¿Y si maximizamos el proceso de creación de vigas para
que la creación de estructuras sea cada vez mas rápida? Una vez estas
preguntas se han propuesto, podemos alejar la mirada y comprender el
esquema general que este curioso juego nos propone.
El objetivo de Factorio se podría resumir en expandir la
industria y tecnología del jugador de un modo extensivo, pero sin
embargo, el objetivo real y práctico acaba siendo investigar todas y
cada una de las materias disponibles en los laboratorios para aumentar
nuestro abanico de máquinas u otorgar algún tipo de beneficio pasivo a
nuestro personaje, como aumentar el daño que producen sus balas,
conseguir nuevas armas o diseñar armaduras más resistentes.
El problema no acaba siendo otro que la imposibilidad de
realizar estos avances por cuenta propia, sino a partir de la producción
de unas pequeñas botellas que necesitará el propio laboratorio para
seguir investigando, dependiendo siempre del grado de dificultad de
estudio de la materia. En la producción de dichas botellas estará el
intríngulis de la cuestión, pues si bien las botellas rojas serán
relativamente fáciles de producir, con las azules lloraremos lágrimas de
verdadero sudor y sangre. ¿Y si se nos acaban los materiales para
seguir produciendo? ¡Ay, amigo mio!
Si bien en un principio las cadenas de producción son
sencillas y fáciles de diseñar, a medida que pasen las horas y el
jugador comprenda las ideas básicas, pasará sin darse cuenta del simple y
típico sistema de recogida de materiales a la producción a gran escala,
entrando de lleno en la gran complejidad logística que poco a poco va
poblando el mapa.
Máquinas, máquinas, y más máquinas empezaran a surgir de
todas partes, y la magia empezara a fluir por la mente del jugador. Esto
va aquí, esto va allá, con esta cadena de montaje consigo un material,
con esta otro, y finalmente... ¡Las uno en una pequeña fábrica y ya
tengo el objeto que deseaba! La capacidad para enganchar al jugador es
sublime, y ante las imágenes que en esta entrada aparecen, es normal
sentir un poco de intimidación, pues aunque los límites de Factorio son
muy grandes, todas las piezas de este terrible rompecabezas se han ido
poniendo poco a poco y una detrás de otra.
Las máquinas disponibles a nuestro alcance serán muy
cuantiosas, y los peligros de la región, mayores aún. A medida que
aumente nuestro territorio, también aumentará la contaminación que
produzcamos, incitando a todas las bestias de la región a atacar la
posición que con tanto cariño hemos explotado y vaciado de recursos. No
os preocupéis, porque para los menos arriesgados hay una opción dedicada
a cambiar el comportamiento de estas criaturas, volviéndolas pasivas y
dejando que nuestro ritmo de crecimiento no se vea afectado por
fatídicos encuentros.
Después de unas treinta horas de juego, a día de hoy sigo
con las mismas ganas del primer día, explotando, aumentando la
producción, y lentamente, aproximándome hacia el final del juego, hacia
la ultima creación, hacia las estrellas. Esta claro que no todo el mundo
es un fanático de este tipo de temáticas, ni tiene esa pequeña pizca de
autismo que a veces, los que gustan de este tipo de juegos creen tener,
pero pese a todo, sigo creyendo que se trata de un gran juego que, al
menos, merece la pena probar.
Actualmente los desarrolladores están preparando una de sus últimas actualizaciones antes de sacar oficialmente el juego al
mercado, ya que aún sigue en estado de beta, pero se prevé un
lanzamiento en Steam muy próximo. Su precio es relativo, y dependiendo de lo
que quieras pagar por él, puedes conseguir unos u otros beneficios que,
a decir verdad, tampoco son para tanto. Además, también posee un modo
multijugador que personalmente no he probado, pero que me gustaría
intentar algún día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario