sábado, 9 de febrero de 2013

Probando la open beta de Ragnarok Online 2


El pequeño paréntesis de entradas en el blog me ha proporcionado mucho tiempo libre, y casi todo el mes de enero me he visto completamente ocupado por tres tareas básicas. La primera, estudiar como un loco para los exámenes de finales de enero-febrero; la segunda, empezar (y acabar) una recomendación que tenía pendiente desde hace mucho tiempo; y la tercera y última, probar la open beta de Ragnarok Online 2.

Los ya entendidos en el tema seguramente se acuerden del infame intento de la surcoreana Gravity (la compañía creadora del primer Ragnarok Online) por crear su secuela allá por 2007. El juego en cuestión se llamaba Ragnarok Online 2: The Gate of the World, y no fue más que un fútil intento de modernizar el juego y pasar al común pero despiadado mundo de los MMORPGs en 3D.

Aquel desastroso intento no se parecía en nada a su predecesor, y sólo compartía pequeños detalles con él, como nombres, estética y algún que otro bichejo. El proyecto acabó de una forma tan trágica, que Gravity decidió cancelarlo totalmente y trabajar en algo mucho más consistente y firme. Y el año pasado se levantó la sábana, Ragnarok Online 2: Legend of the Second era ya una realidad.

Alejado del triste anterior intento, la nueva versión de Ragnarok Online 2 se asemeja mucho más con el original, la estética es bastante parecida, los campos y ciudades se parecen relativamente a sus originales en 2D, el sistema de juego es bastante (o un poco) parecido e incluso podremos ver muchos de los bichejos típicos del primero, cayendo en la nostalgia y el recuerdo.

Y claro, como jugador profesional de Ragnarok Online, con alrededor de cinco años a mis espaldas jugando 24/7 como cual hikikomori, no podía resistirme a entrar, probarlo y comentar mis impresiones.

Nuestra historia comienza en un pueblo cerca del Monte Mjolnir, pero sinceramente, el argumento de estos juegos siempre me han resbalado de una manera increíble. Normalmente, la narrativa de Ragnarok Online gira entorno a la mitología nórdica, un tema que a mí me gusta bastante pero que sin embargo, y hablando desde la más pura sinceridad, nunca me ha atraído lo suficiente como para indagar en la historia del juego, seguramente influenciado por la total y absoluta ausencia de quests del primer juego. Ahora hay muchas, como en todos los MMORGPs, pero cuando yo jugaba te creabas el personaje, te enseñaban cuatro cosas y te dejaban ahí, en la espesura, sin guías ni señales, tan solo tu cuchillo, tu equipo de novato, y tus ansias por ser más fuerte.

Todo ello condujo a que el tiempo pasara, y los jugadores acababan centrándose más en los clanes, en el equipo, en PvP y en los demás jugadores, estableciendo una comunidad muy fuerte, pero totalmente ajena al lore principal del juego.

Sea como sea, si os interesa la historia ahí la tenéis, pero como yo digo, soy de los que al aceptar una quest se mira los requisitos básicos para completarla, no las razones por las que debo hacerla, por lo que no os puedo decir si me ha gustado o no.

La estética es una monada.

Lo primero que encontramos al empezar a jugar es un pueblo, y unos cuantos NPCs que nos piden cosas, después de haber pasado por una creación de personajes bastante normalilla, comparada con las de otros juegos del mercado actual. Dichos NPCs no serán importantes en nuestra aventura, porque poco a poco nos iremos moviendo, pero las quests serán el pan de cada día en este juego. Si quieres subir nivel, hacerlas es un deber, contrariamente a lo que pasaba en Ragnarok Online, donde la mayor parte de la experiencia se conseguía matando enemigos.

No hay mucha variedad de misiones, las típicas de todos los juegos del estilo. Mata 10 bichos, cárgate al jefe de la zona, recoge plantas y entrega objetos que dropean ciertos enemigos. Poco más, por lo que no podremos evitar caer en el aburrimiento y la desesperación, si lo que buscamos es variedad. Hay bastantes quests, y los mapas son grandes, por lo que estaremos mucho tiempo caminando de lado a lado del mapa realizando tareas, sin cambiar casi nunca el decorado y aburriéndonos con una monotonía extrema.

Una de las grandes ventajas del primer juego era la cantidad enorme de mapas y bichos que había, por lo que el cambio de ambiente era constante y nunca aburrido. ¿Querías matar bichos de nivel 10? Pues podías ir a tal, tal, tal, tal y tal sitio. Aquí no. Aquí te quedas en el mismo bosque hasta que seas nivel 30, haciendo tareas para uno y para otro.

En general se sube bien de nivel, tampoco estaremos horas enteras para subirlos, pero si se nos acaban las quests somos hombres muertos, porque el 90% de la experiencia la obtendremos de recompensas. No suele pasar casi nunca, pero concretamente a mí me ha pasado y me ha sido excesivamente difícil subir más niveles. También es cierto que es un MMORPG oficial y los rates son bajos, pero pasar de subir lentamente a quedarse estancado no es bonito.

Una de las grandes características de esta secuela es su estética, muy mona y bonita, e incluso yo diría que algo excesiva. El primer juego estaba basado en una estética manga, y este más bien parece que lo hayan enfocado a lo moe. Pero lo que más nos llama la atención son los bichos que tendremos que matar, pues la gran mayoría los reconoceremos al instante si hemos jugado al primero. Porings, Rockers, Wild Roses, Thief Bugs, Lunatics, Peco Pecos... Y hasta encontraremos a jefes como la Moonlight Flower, el Golden Thief Bug y el RSX-0806 en sus versiones en 3D, algo bastante nostálgico que nos animará a seguir jugando y encontrando más y más bichillos.

A la izquierda tenemos el sistema de combos, algo implementado en esta secuela que no existía anteriormente.

El sistema de juego ha cambiado, y donde antes habían huecos en nuestro equipo para cartas (que nos subían estados y hacían efectos) ahora hay una casilla dentro de nuestro personaje para ponerlas directamente, sin tener que enlazar obligatoriamente una pieza de tu equipo a una carta, y luego hacer una pequeña miniquest para sacarla de ahí. La mayoría de jugadores de la open beta se quejan mucho de este sistema, que le quita completamente la gracia al sistema del anterior juego, cosa que comprendo.

Las profesiones son bastante parecidas a las del primer Ragnarok Online, pero sin empezar el juego como novatos. En la pantalla de creación del personaje, escogemos qué queremos ser y ya está, y a partir de esa profesión podemos acceder a dos más especializadas, como Cazador o Pet Master, o en mi caso, Guerrero o Caballero. Se echa mucho de menos la antigua profesión de Bardo, y el repentino cambio de nombre de Caballero a Guerrero, y de Cruzado a Caballero. No hay reencarnación, como ocurría en el uno, ni tampoco Advanced Jobs, por lo que no los busquéis.

Antes comentaba que los mapas eran grandes, ¿pero cuántos de ellos hay? Me atrevería a decir que de 10 a 15, muy pocos, y que sólo constituyen una pequeña parte del gran mundo de Ragnarok Online. Aquí os he subido una imagen. Puede parecer bastante para un juego en 3D que acaba de salir, pero Payon no está y la mayoría de las mazmorras son un mapa muy pequeño (a diferencia del primero, donde un mapa de una mazmorra solía ser un pelín más pequeño que un mapa normal, algo bastante notable, puesto que las mazmorras tenían de 3 a 5 niveles de profundidad). Algo normal en un juego que acaba de salir, pero que espero que mejoren con el tiempo.

Y hablando de mazmorras, la línea argumental de quest principales nos obligará a ir a muchas de ellas. Hay pocas, a nivel 20 me he encontrando tres o cuatro, pero a medida que subes de nivel se van haciendo más difíciles, por lo que es necesario buscar grupo para completarlas. Este, es uno de los aspectos que menos me han gustado del juego. La imposibilidad de avanzar en solitario, obligándote a buscar grupo, mendigando e intentando acabar las quests para seguir adelante. Algo que puede tener un enfoque positivo para que el jugador se relacione, pero ¿no debería ser capaz de avanzar por mi propio pie si no tengo ganas de buscar amiguetes? La única alternativa es matar bichos, pero te quedas sin quests para el resto de tu vida y creedme, no quiero ver a nadie pasar por ello. Las misiones en grupo están bien cuando alcanzas el nivel máximo y quieres ser aún más fuerte, pero no me las pongas al nivel 20, por Dios. Al 20 no.

No os podéis imaginar la de tiempo que he estado matando estos bichitos en el primer juego, se tendría que contar en días y hasta en semanas. Parece que me persigan allá donde voy. Una de las razones por las que odio el pescado.

Las profesiones secundarias también las escoges en la creación de personajes, pero tampoco me ha sido posible probarlas demasiado. Recoger plantas, picar piedras, coser; nada demasiado lejos de lo que se hace en el resto de MMORPGs de la época. Se echan también mucho de menos profesiones que antes eran primarias y ahora han sido pasadas a un triste segundo puesto, como es el caso de Herreros y Alquimistas, que antes eran tan importantes como Caballeros y Cazadores. La mercadotécnia ha muerto. Ahora todo el mundo puede vender objetos y los mercaderes ya no existen. Se acabó aquello de hacerte un mercader llamado Papelera de Reciclaje para vender todos los objetos del resto de personajes, ahora cualquiera sirve.

Y la música. Ah, la música. Una de las grandes razones para jugar a Ragnarok Online, con una OST tan bonita, variada y personal que aún ocho años después de haber empezado a jugar, sigo teniendo por aquí guardada, y escuchando alguna vez. Temas tan clásicos como el tema de Prontera, Through the Tower, Ancient Groover, el tema de Payon, Steel Me (con ese aroma a industrialización que a mí tanto me gusta), Wanna be free (el clásico de guerra de clanes), el tema de Morroc, o mi favorita, Nice n' Easy. Algún día haré una entrada enorme sobre todas esas canciones y más, que preciosidad de banda sonora. En Ragnarok Online 2 no hay nada así, todos los temas son ambientales, del montón, y no les llegan ni a la suela de los zapatos a las canciones del anterior juego.

Según vídeos de Youtube, en ciudades como Prontera sonaba un remix del tema propio del primer juego, pero por razones que desconozco cuando yo jugué ya no era así. Una pena, aunque fueran remixes a mí me seguirían encantando. La única canción que me ha gustado del juego es el tema del login, que extrañamente era lo único bueno de Gate of the World, y que después de todo han decidido mantener.

Pero lo peor del juego no es su mecánica, ni su música, ni su estética. Lo peor es el lag. Aun estando el servidor trabajando a la mitad de su capacidad se seguía notando, quizás por la poca calidad de estos o por estar destinados a una gran proporción de la población, intentando llegar a todas partes, con una triste casilla en la selección de región llamada "Otros". En ocasiones jugar era imposible, y un verdadero reto, porque tus ataques tardan en llegar, pero claro, los de los enemigos no.

Esta imagen les traerá buenos recuerdos a aquellos que jugaron a Ragnarok Online en mi época.

A lo largo de mi viaje he ido haciendo screens de todo lo que veía, y al final incluso alcancé los mapas de nivel alto situados en el desierto Sograt, cerca de Morroc (que por cierto, aún no está implementado). Si tenéis curiosidad por el juego y no queréis jugar a la beta, os dejo el rar con todas las imágenes aquí. Pesa bastante, unos 122 megas, pero son muchas y así os evitáis jugar. Sólo os pido que por favor ignoréis las extrañas texturas moradas que aparecen por fallos gráficos.

En resumidas cuentas, Ragnarok Online 2 está bien si has jugado al primero y quieres grandes dosis de nostalgia, porque aparte de encontrar a los bichitos del anterior juego y recordar buenos tiempos, poco más se le puede sacar, no es demasiado diferente de otros MMORPGs asiáticos, y si queréis jugar en serio a algo de este estilo en 3D, no gastéis vuestro tiempo en este y jugad a Guild Wars 2, que aunque sea de pago único sabemos que está bien y que no es tan cutre ni tiene tanto lag como el mencionado en esta entrada.

2 comentarios: